Galletas de almendra y chocolate

  La receta que os proponemos hoy es muy sencilla y hará que un simple café tenga un gusto diferente.
En nuestra casa, como en todas las de pueblo, era habitual que a cualquier visita se la invitase a tomar un café. Hablamos de visitas inesperadas, porque si eran esperadas, seguro que nuestra madre/abuela ya se había encargado de preparar una buena merienda: Chorizo de casa, empanada, rosquillas o bollinas (una variante de nuestra zona de les casadielles; otro día os hablaremos de ellas)
Volviendo a las visitas inesperadas, lo cierto es que en la despensa siempre había por lo menos una caja de esas de galletas surtidas, que cuando una proponía abrir, siempre obtenía la misma contestación: "no, de esas no, son por si viene alguna visita". Así que, la llegada de alguien inesperado, se convertía casi en una fiesta, porque por fin se podía abrir aquella caja y sorteando la atención de los mayores, coger alguna de las galletas de llamativos envoltorios. Las más solicitadas, por supuesto, las de chocolate.
   La verdad es que ahora, aunque de vez en cuando en la despensa aún hay alguna caja de galletas, a la mayoría de las visitas (que ya no son tantas) se les obsequia con repostería casera. Y se quedan encantados!!!
 Si queréis probar estas galletas, estos son los ingredientes que necesitáis:

1/2 taza de almendras molidas
1/2 taza de azúcar
5 cucharaditas de cacao sin azúcar
1 clara de huevo
chocolate blanco para fundir

Mezclar la almendra, el azúcar y el cacao y añadir la clara de huevo. Mezclar todo bien hasta que quede una masa homogénea. Echarla en una manga pastelera con boquilla pequeña y plana y formar las galletas sobre una placa de horno cubierta con papel de hornear.
Nosotras hemos puesta tiras finas, pero podéis darle la forma que queráis.
Hornear 5 minutos, a 190º y dejar enfriar sobre una rejilla metálica.
Fundir el chocolate con cuidado en el microondas. Cuando las galletas estén frías, mojar los extremos de cada una en el chocolate y dejar secar.

Perfectas para tomar con un café y además, se conservan bastantes días en un recipiente bien cerrado.