lunes, 26 de noviembre de 2012

TARTA MILHOJAS DE TURRÓN



Esta es una versión diferente de la clásica tarta milhojas. Es una de las preferidas de mi hermana, así que para su cumpleaños intenté echarle un poco de creatividad y este ha sido el resultado. Para ir preparando el paladar para la Navidad, el turrón es uno de los ingredientes básicos de este postre, lo hemos acompañado de una crema aromatizada con haba tonka y unos barquillos de turrón.

Ingredientes:

3 planchas de hojaldre
1 sobre de Flanín
4 vasos de leche
5 cucharadas de azúcar
Haba tonka
1 tableta de turrón
300 ml de nata para montar
1 sobre de preparado para Cuajada
Barquillos rellenos de turrón
Para la cobertura: 200 gramos de chocolate, 4 cucharadas de azúcar glass, 1 cucharadita de agua. 150 gramos de mantequilla, 300 gramos de azúcar glass y canela

Horneamos de una en una cada plancha de hojaldre. Antes de meterlas al horno las pinchamos con un tenedor para evitar que suban en exceso. Las dejamos enfriar sobre una rejilla y las reservamos.
Montamos bien la nata con una cucharada de azúcar. Con cuidado añadimos la tableta de turrón desmenuzada.
Por otro lado, echamos en un cacito medio vaso de leche, cuando empiece a hervir añadimos el sobre de cuajada previamente disuelto en otro medio vaso de leche. Removemos hasta que vuelva a hervir y lo retiramos del fuego. Incorporamos esta mezcla poco a poco a la crema de turrón y nata y dejamos enfriar en la nevera.
Para hacer la crema pastelera, seguimos las instrucciones del fabricante, utilizando 3 vasos de leche, 4 cucharadas de azúcar y la ralladura de haba tonka.
Cuando la crema pastelera haya enfriado y la de turrón haya ganado consistencia, montamos la tarta:
sobre una base de hojaldre repartimos uniformemente la crema pastelera, sobre ella colocamos horizontalmente los barquillos de turrón. Colocamos otra capa de hojaldre, sobre ella la crema de turrón y finalizamos con la tercera capa de hojaldre.


Para adornarla, fundimos el chocolate en el microondas y lo extendemos sobre la capa superior de hojaldre. Mezclamos cuatro cucharadas de azúcar glass con un poco de agua y revolvemos bien para conseguir una glasa blanca con la que formaremos unas líneas finas sobre el chocolate. Con un palillo arrastramos de arriba a abajo, formando el dibujo.
Con ayuda de la manga pastelera, decoramos los laterales con el buttercream (batimos bien el azúcar con la mantequilla y un poco de canela molida para darle color).
Es preferible prepararla de un día para otro.



Eso sí, la previsión era hacer una tarta pequeña, pero con estas cantidades ha salido bastante grande. Tenedlo en cuenta si la hacéis, es bastante consistente, así que, mejor raciones pequeñas....


martes, 20 de noviembre de 2012

RISOTTO DE PIXÍN Y LANGOSTINOS


DESAFÍO EN LA COCINA



 Hoy toca nueva cita con "Desafío en la cocina". Una grupo al que cada día se suman más blogs y que cada mes es más divertido.

 

 
Además, en mi caso está sirviendo para perder el miedo a determinados platos. Es el caso de la receta que estáis leyendo.
Este mes el desafío ha sido especial, se ha dedicado a a Italia y por esa razón, las desafiadoras propusieron tres recetas que han sido adjudicadas a cada participante a través de un divertido sorteo: piadinas, pasta al pesto y risotto. En mi caso, me ha tocado hacer Risotto.
Ha sido mi primera vez y evidentemente necesita mejorarse, pero reconozco que siempre pensé que el resultado sería más "estrepitoso".
He decidido darle toque marinero y he empleado Pixín (así llamamos en Asturias al rape) y langostinos.


Ingredientes:

2 medidas de arroz Arborio
9 medidas de caldo de pescado
1 cabeza de pixín (rape)
1 puñado de langostinos
1 cebolla
1/2 puerro
1/2 vaso de vino blanco
aceite de oliva
2 cucharadas de mantequilla
azafrán
sal
queso rallado

Pelamos los langostinos crudos y los reservamos. Las cabezas las aprovechamos para hacer el caldo que es lo primero que tenemos que elaborar. Para ello, echamos en una cazuea la cabeza de pixín en trozos, las cabezas de langostinos, media cebolla, el puerro y un poco de sal. Dejamos que hierva bastante para que quede bien concentrado, colamos, añadimos el azafrán y comprobamos de sal.
Desmenuzamos la cabeza de pixín, de la que obtendremos un buen puñado de carne que reservamos para añadir a nuestro plato.
Importante: cuando empezemos a preparar el risotto, debemos mantener el caldo hirviendo
para ir añadiendo poco a poco a la cazuela en la que vamos a preparar el arroz.
Picamos media cebolla bien finita y la ponemos a dorar en una cazuela, con un poco de aceite y una cucharadita de mantequilla. Cuando haya cogido color, añadimos el arroz y rehogamos bien. A continuación echamos el vino blanco y dejamos que lo absorba.  A partir de este momento, debemos ir añadiendo el caldo poco a poco al arroz, moviendo ligeramente la cazuela y revolviendo de vez en cuando, todo ello a fuego lento. No añadiremos más caldo, hasta que el anterior no se haya absorbido.
Cuando estemos casi al final de la cocción, añadimos los langostinos. En mi caso he tenido el risotto al fuego unos 40 minutos, aunque el fabricante recomendaba menos tiempo de cocción.
En el momento de retirarlo del fuego, añadimos los trozos de pixín que habíamos reservado, una cucharada de mantequilla cortada en trocitos y espolvoreamos queso rallado al gusto. Agitamos la cazuela para que todo se integre y tapamos. Dejamos reposar unos 10 minutos y servimos.



Probablemente la elaboración de este risotto se salte alguno de los cánones de la cocina italiana, así que pido disculpas si algún italiano se topa con esta receta. Tened en cuenta que se trata de un risotto asturianizado.

Eso sí, os recomiendo a todos que echéis un vistazo al blog de Desafío en la cocina, allí vais a encontrar un auténtico festival inspirado en la gastronomía italiana: más risottos, piadinas y por supuesto, pasta al pesto. No os lo perdáis.

Y el 20 de Diciembre, un nuevo desafío. Esperamos la decisión de Carolina de Tomillo, laurel y otras cosas de comer  Solo sabemos que será dulce....



miércoles, 14 de noviembre de 2012

BORRACHINOS

 
Una receta de las de toda la vida, para aprovechar el pan duro. 
Este postre es un clásico en mi casa, lo he visto toda mi vida. Para mí es típico de Asturias y por lo que cuenta mi madre se hace desde tiempos inmemoriales. 
Seguramente se haga también en otros lugares y se le de otro nombre. En la blogosfera encontraréis recetas muy similares. Yo os cuento como se hace en mi casa.

    

    Ingredientes:

    4 huevos
   1/2 taza de pan duro (solo la miga)
   750 cl de vino blanco
   Azúcar (2 cucharadas por cada huevo)
   Canela en rama
   Corteza de limón
   Aceite de oliva para freír





Con la ayuda de un rallador, rallamos el pan que tenemos del día anterior, solo la miga, la corteza no la aprovechamos.
Batir las claras a punto de nieve. Añadir una a una las yemas y seguir batiendo hasta que estén bien mezcladas. Añadir el pan rallado, hasta que quede una masa espesa. Dejar reposar media hora.
Ponemos al fuego una sartén con abundante aceite, cuando esté bien caliente, vamos vertiendo cucharadas de la masa de los borrachinos. Dejamos que doren ligeramente y les damos la vuelta. 

No son los más fotogénicos, pero están muy ricos
Se sacan a un plato con papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite y se colocan seguidamente en una cazuela, en la que añadiremos el vino blanco (si no queremos tanto vino, se puede sustituir una parte de vino por una de agua) el azúcar, una corteza de limón y una rama de canela. Dejamos que se hagan al fuego lentamente entre 20 y 30 minutos.
Hay que conservarlos calientes si queremos que no chupen el caldo, una vez que se separan del fuego, el líquido desaparecerá y quedarán más borrachinos. Otra opción es sacar la salsa y conservarla en un recipiente aparte hasta la hora de servirlos

sábado, 10 de noviembre de 2012

GALLETAS VARIADAS

Últimamente me falta tiempo para todo lo que quiero hacer y no dedico al blog todo el tiempo que quisiera y que se merece.
Así que hoy hago una entrada rápida para enseñaros algunas de las últimas galletas decoradas. Y sobre todo, para daros las gracias a todos los que habéis decidido seguir a este Trasgu de las galletas. Ya sois más de 100 y me hace una ilusión tremenda. Os aseguro que cuando hace siete meses escribí la primera entrada, no imaginé que pudiese haber llegado hasta aquí. Y reconozco que ha sido un placer encontrar a tanta gente apasionada por la cocina. Y la que todavía queda...
Así que para celebrarlo, os invito a una galletina....

Primer adelanto de Navidad: un arbolito adornado con trocitos de gominolas


 

Y estas, son las primeras pruebas con mi nuevo molde de camafeo:



Y este es el resultado del resto de pruebas, estas con pinceles, mezclando texturas e intentando imitar  las joyas que hace Amber Spiegel


Y ya para terminar, dos clásicos:


Besos a todos, buen fin de semana!!

jueves, 1 de noviembre de 2012

PASTELES DE CALABAZA

Otoño, Noviembre, calabazas.... Los productos de temporada ya están en la cocina de El Trasgu. Así que con una calabaza recién recogida del huerto, se ha puesto manos a la obra. En este caso, la receta elegida son unos pasteles de calabaza que he visto en el blog de Pilar Casanava, Per sucar-hi pa La verdad es que no los había hecho nunca y nos han gustado mucho. Vamos que volaron del plato. Así que Pilar, muchas gracias por compartir tu receta y descubrirnos una sabrosa forma de cocinar la calabaza....


He hecho alguna variación en las cantidades, he cambiado la almendra por nuez y la garnacha por Pedro Ximénez. Estos son los ingredientes:

Para la masa:

250 gramos de harina
25 gramos de nueces picadas
125 ml de aceite
35 ml de anís
25 ml de Pedro Ximénez
ralladura de limón 

Confitura de calabaza:

300 gramos de calabaza
150 gramos de azúcar
1/2 cucharadita de canela
ralladura de limón

Cortamos la calabaza a la mitad longitudinalmente y la metemos al horno, unos 30 minutos hasta que esté bien asada. Retiramos la pulpa y la mezclamos con la ralladura de limón, la canela. Añadimos el azúcar y ponemos a fuego medio unos 30 minutos, removiendo a menudo. Retiramos y dejmos que enfríe.

En un bol mezclamos, el anís, el vino dulce, el aceite y la ralladura de limón. Mezclamos e incorporamos el harina, mezclando bien. Envolvemos en film y dejamos reposar en la nevera media hora.  
Estiramos la pasta, cuidando de dejarla demasiado fina, porque se rompe fácil y vamos rellenando con la confitura de calabacín. Yo les he dado forma de empanadilla.
Horneamos 15 minutos y al sacarlos del horno, rebozamos en azúcar.
A disfrutar de los pasteles de calabaza!!!