PAVLOVA

La entrada de hoy es muy especial.
Es nuestra primera participación en Desafío en la cocina así que estábamos ya ansiosas por publicar nuestra Pavlova. Ese ha sido el desafío de este mes. Una tarta a la que teníamos un poco de miedo, pero que ha resultado ser muy sencilla y sobre todo riquísima. Básicamente es una mezcla de merengue, nata y frutas.
Su origen es motivo de debate entre Australia y Nueva Zelanda, ya que ambos países defienden su invención. Lo que sí es cierto es que se llama así en honor a la bailarina rusa Anna Pavlova, y que se creó con motivo de una gira que realizó a Oceanía en los años 20.

 Sin tomar partido por Nueva Zelanda, ni por Australia, nuestra receta es de un famoso cocinero australiano, Bill Granger. Y desde allí nos la ha enviado una buena amiga, Lola, a quien estamos inmensamente agradecidas. Eso sí, hemos hecho alguna pequeña modificación para adaptar la receta a los productos del mercado asturiano.

Ingredientes:

6 claras de huevo                                                     300 ml de nata
1/4 cucharadita de cremor tártaro                            Fresas
1 cucharadita de esencia de vainilla                        Frambuesas
1 taza y 1/3 de azúcar glass                                     1 Mango
2 cucharadas y media de Maizena
2 cucharadas de vinagre de vino blanco

La receta original lleva fruta de la pasión, pero como no la hemos encontrado, la hemos sustituido por mango.

En un recipiento hondo y bastante grande echar las claras de huevo, el cremor tártaro y la vainilla. Batir muy bien, hasta que quede muy firme. Añadir poco a poco y sin dejar de batir el azúcar glass, después incorporar la Maizena y el vinagre. Seguir batiendo para que todo quede bien incorporado. Ahora debemos forrar una bandeja de horno con papel de hornear y sobre él echaremos el merengue formando un círculo de unos 20 cm de diámetro, procurando que el borde quede más alto y la parte interior plana para poder echar la fruta cuando salga del horno.
Llega el momento importante: el horno. Debe estar a 200 grados, al meter el merengue, debemos bajar la temperatura a 150º y dejar hornear durante 1 hora y 20 minutos, o hasta que la parte exterior esté firme, pero sin tostarse.





Como véis, esto dependerá de cada horno y es cuestión de cogerle el punto. A nosotras se nos tostó al poco de meterlo, debería de haber quedado blanca. Así que seguiremos practicando...




 Una vez fría (nosotras la dejamos toda la noche) echamos por encima la nata montada, las frambuesas enteras y las fresas y la mitad del mango en trocitos. La otra mitad del mango, la trituramos obteniendo un puré espeso que repartimos por encima de la mezcla.

Y lista para comer!!! Os aseguramos que hasta ahora, no era una tarta que nos llamase especialmente la atención, pero de verdad, es sorprendente. Está buenísima, resulta muy fina al paladar y fresquísima.



Tenemos que dar las gracias a Mabel, que es quién ha propuesto este desafío, porque gracias a ella hemos hecho un gran descubrimiento, en el que seguiremos trabajando para mejorar.

Ya conocéis nuestra receta de Pavlova, así que ahora, os invitamos a que conozcáis las recetas de las compañeras de Desafío. Podéis hacerlo visitando el Blog Desafío en la cocina