El nombre de estos pasteles hace honor a su sabor, evidentemente. Son típicos de Avilés y se dice que se crearon a principios del siglo XX en la ya desaparecida Confitería Galé.
Actualmente se pueden encontrar en las confiterías de la ciudad, también se les llama "Cristos" por su forma de cruz. La pasta es similar a la de las marañuelas, están rellenos de una crema de almendra y bañados con glasa blanca.
Buscando en la inmensidad de recortes de recetas que tengo guardados, he encontrado esta receta en unos fascículos de repostería asturiana que publicó hace unos años el diario La Nueva España. Una receta muy asturiana que debéis probar.
El camino de mesa, es obra de mi señora madre: vainica y bolillos. Toda una artista de 81 añitos |
250 gramos de harina 100 gramos de almendra molida
125 gramos de mantequilla 100 gramos de azúcar glass
3 huevos 1/4 litro de leche
200 gramos de azúcar 25 gramos de harina fina de maíz
ralladura de limón 75 gramos de azúcar
Mezclamos todos los ingredientes de la masa y amasamos bien hasta que no se pegue a las manos, es posible que necesitemos añadir algo más de harina.
Para hacer el relleno, separamos un vasito de leche en el que disolvemos la maizena. El resto de la leche la ponemos a calentar junto a los 75 gramos de azúcar. Cuando rompa a hervir, añadimos la leche con la maizena y removemos bien apartando del fuego. Dejamos enfriar un poco y añadimos el azucar glass y la almendra molida, mezclándolo bien.
Estiramos la pasta y cortamos en círculos con la ayuda de un vaso o una taza. Dentro de cada círculo ponemos una cucharada del relleno y doblamos a modo de empanadilla. Para formar los exquisitos cruzamos una "empanadilla" sobre otra pegando con un poco de agua.