La receta de hoy nos lleva hasta las frías tierras rusas. De allí es típico el plato que Mari Luz nos ha propuesto para el reto de este mes de Desafío en la cocina. El Kulibiac es un pastel de pescado tradicional ruso que habitualmente se elabora con salmón o esturión. Podría emparentarse con nuestra empanada, pero la diferencia principal es que los ingredientes se colocan por capas, provocando un vistoso corte. es típico de Navidad y Pascua.
Como me encanta el salmón, no he dudado en emplearlo en mi receta. Se puede elaborar con distintas masas, una de las más habituales es una tipo brioche, yo esta vez me he decantado por una masa filo, que queda fina y crujiente.
Ingredientes:
Masa Filo
1 filete de salmón
Arroz Basmati
1 puñado de espinacas
Mezcla de setas
Anis estrellado
Cardamomo
Eneldo
Sal
Pimienta
Agua
Aceite de oliva
1 diente de ajo
Empezamos cociendo las espinacas unos minutos en agua con sal.
En una sartén con una cucharada de aceite de oliva, ponemos el ajo troceado y añadimos las setas. Rehogamos un par de minutos, añadimos un poco de sal e incorporamos las espinacas cocidas bien escurridas. Reservamos
Preparamos el arroz Basmati. Yo lo he aromatizado con unas semillas de cardamomo, un poco de pimienta negra y anís estrellado.
Cubrimos la bandeja de horno con papel de hornear. Colocamos encima dos láminas de masa filo (o más dependiendo del grosor que queráis). Sobre ellas, ponemos el filete de salmón crudo al que habremos añadido un poco de sal y eneldo. Cubrimos con parte de la mezcla de espinacas y setas, una capa de arroz Basmati y una nueva capa de espinacas y setas. Cubrimos bien con otras dos hojas de masa filo y sellamos mojándolas con agua.
Pintamos con mantequilla derretida y metemos al horno a 180º C hasta que adquiera un tono dorado.
Ya está listo para servir y disfrutarlo. Y ahora, echad un vistazo AQUÍ a los platos que han preparado el resto de particpantes.
domingo, 20 de marzo de 2016
jueves, 10 de marzo de 2016
VERDINAS CON PULPO #legumbreandoTS
2016 es el año internacional de las legumbres. Así lo ha proclamado la Asamblea general de las Naciones Unidas. Esta iniciativa se propone sensibilizar a la opinión pública sobre las ventajas nutricionales de las legumbres como parte de una producción de alimentos sostenible encaminada a lograr la seguridad alimentaria y la nutrición.
Las legumbres son ricas en proteínas, vitaminas del grupo B, minerales y poseen un elevado contenido en fibra. Es además un alimento económico que se recomienda consumir al menos, dos veces por semana.
Y precisamente, las legumbres, son las protagonistas este mes de La Cocina Typical Spanish, gracias a nuestra anfitriona, mar de Mar entre fogones
Yo, como asturiana, tenía claro que mi elección tendría que ver con nuestra legumbre por excelencia: la faba. Pero en vez de elegir las más conocidas, las fabas de la granja (las utilizadas para hacer fabada), he querido cocinar otras menos conocidas: las verdinas. Son unas fabas de pequeño tamaño y color verde, que se cultivan sobre todo en la zona oriental de Asturias. Maridan perfectamente con marisco y pescado.
Fabas verdinas (un puñado por persona)
2 cebollas
2 ajos
1 hoja de laurel
1 rama de perejil
Pulpo (de algo más de 1 kg)
Aceite de oliva
1/2 pimiento
Pimentón
Sal
La noche anterior dejamos las fabas a remojo bien cubiertas de agua fría.
Retiramos el agua y echamos las fabas en una olla con la rama de perejil, media cebolla, 1 diente de ajo y la rama de laurel. Cubrimos con agua y ponemos al fuego. Deben cocer unas dos horas, a fuego no demasiado alto y vigilando que siempre estén cubiertas de agua, si es necesario se les va añadiendo agua fría.
Mientras tanto, preparamos el pulpo. Yo uso siempre pulpo congelado previamente. Llenamos la olla a presión de agua y cuando empieza a hervir, sumergimos el pulpo, lo dejamos unos segundos en el agua y volveos a sacarlo. Esperamos que el agua hierva de nuevo y repetimos el paso anterior dos veces más. Después de haber "asustado" al pulpo tres veces, lo dejamos dentro de la olla, añadimos una hoja de laurel y cerramos. Dejamos cocer unos 20 minutos (para un pulpo grande).
Una vez cocido, dejamos que enfríe un poco dentro del mismo agua de cocción, después lo sacamos y lo cortamos en trocitos que reservamos.
Reservamos también el agua de cocción.
En una sartén ponemos a pochar 1 cebolla y media, 1 diente de ajo, medio pimiento rojo y un poco de perejil. Dejamos que se haga a fuego lento y cuando ya esté bien pochado, añadimos una cucharadita de pimentón y a continuación un par de vasos del agua de cocer el pulpo. Añadimos sal y dejamos que se haga unos minutos. A continuación, añadimos el pulpo y dejamos que se haga en la salsa, tan solo unos minutos, si lo dejamos demasiado tiempo endurecerá.
Volvemos a las fabas: cuando hayamos comprobado que ya están cocidas, retiramos un poco del agua de cocción y añadimos un par de vasos del agua de cocer el pulpo y a continuación el pulpo que acabamos de preparar. Aquí la cantidad ya dependerá de gustos. Comprobamos de sal y rectificamos si es necesario, dejamos la olla a fuego lento unos cinco minutos y retiramos.
¡Buen provecho!
Y ahora, os invito a que echéis un vistazo al recopilatorio de este mes #legumbreandoTS. Pinchad AQUÍ
domingo, 6 de marzo de 2016
PAN DE MOLDE CON TANG ZHONG
Una advertencia antes de que empecéis a ler esta entrada: si hacéis este pan en casa, tened en cuenta que el pan de molde comercial ya no volverá a ser lo mismo para vosotros. Advertidos estáis.
Es fácil de hacer y está buenísimo. No tengo nada más que decir de esta receta. Eso sí, lleva su tiempo, que no trabajo. La receta es de Miriam de El invitado de invierno y lo más llamativo es la utilización de una técnica japonesa, el Tang Zhong, que no es ni más ni menos, que el engrudo de toda la vida. Os sorprenderéis de la ternura y el sabor de este pan.
Ingredientes:
Para el engrudo: 60 g de harina panadera, 300 g de agua
Para la masa final:
540 g de harina panadera
100 g de agua
15 g de levadura fresca
10 g de sal
10 g de azúcar
30 g de mantequilla ablandada
Ponemos en un cazo la harina y el agua, y removemos con unas varillas hasta que no queden grumos. Calentamos a fuego bajo sin dejar de remover. Lo ideal es que llegue a los 65ºC. La mezcla debe adquirir una consistencia de crema. Retiramos del fuego, tapamos y dejamos que enfríe.
Ponemos en un bol el engrudo, la harina y el agua. Mezclamos y dejamos reposar 20 minutos (autólisis que favorecerá el amasado). Añadimos la levadura, el azúcar y la sal y amasamos. Añadimos la mantequilla y seguimos amasando hasta que se introduzca bien. A partir de aquí, alternamos un par de minutos de amasado con 10 minutos de reposo hasta obtener una msa fina y elástica.
Formamos una bola, la dejamos reposar en un cuenco impregnado de aceite, tapamos y dejamos levar hasta que doble su volumen.
Pasamos la masa a la encimera y desgasamos apretándola bien. Para formar el pan, podemos hacer una barra o formar tres bolas. La colocamos en un molde rectangular y alto (es preferible que esté engrasado y enharinado para evitar sorpresas) y volvemos a taparlo para dejar reposar. El pan debe levar más del doble del tamaño inicial.
Metemos en el horno a temperatura máxima, 220ºC vaporizando al introducirlo y horneamos 20 minutos. En la receta original, Miriam recomienda bajar la temperatura pasado ese tiempo a 190ºC y cocer otros 25 minutos.
Desmoldamos y dejamos enfriar en una rejilla. Podemos guardarlo envuelto en una tela o tapado en el propio molde. Se conservará estupendamente varios días.
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